Existen maneras de detectarlos, aunque generalmente es debido a la realización de exámenes médicos de rutina o exámenes realizados con otros objetivos médicos y que logran demostrar la presencia de un aneurisma cerebral.
En la gran mayoría de los casos la rotura, y no la aparición, del aneurisma es la que provoca los síntomas que lo identifican, como rigidez en el cuello, dilatación pupilar, mareos, nauseas, vómitos, problemas psicomotores, y el síntoma principal que corresponde a una fuerte cefalea repentina,
de aquí se extrae la peligrosidad de los aneurismas y el poder silencioso que tienen para causar la muerte, ya que sólo avisa de su presencia una vez que se ha roto y el riesgo de muerte de la víctima es demasiado alto, sin siquiera a veces alcanzar a recibir la atención de emergencia.
En la gran mayoría de los casos la rotura, y no la aparición, del aneurisma es la que provoca los síntomas que lo identifican, como rigidez en el cuello, dilatación pupilar, mareos, nauseas, vómitos, problemas psicomotores, y el síntoma principal que corresponde a una fuerte cefalea repentina,
de aquí se extrae la peligrosidad de los aneurismas y el poder silencioso que tienen para causar la muerte, ya que sólo avisa de su presencia una vez que se ha roto y el riesgo de muerte de la víctima es demasiado alto, sin siquiera a veces alcanzar a recibir la atención de emergencia.
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